En 2014 se identificó con un alto grado de certeza que un trozo de metal encontrado en una isla del océano pacífico era realmente un fragmento de la cabina del aeroplano de Amelia Earhart. El hallazgo sería la primera prueba tangible que se encuentra desde su desaparición en 1937 cuando Earhart trató de batir un record intentando el primer viaje aéreo alrededor del mundo sobre la línea ecuatorial.
La pieza se encontró en 1991 en Nikumaroro, un atolón (isla coralina oceánica) deshabitado en la República de Kiribati en el pacífico sur y según los investigadores es con toda probabilidad un parche que le fue instalado en el avión cuando hacia escala en Miami.
Ya que ésta es la primera vez que se encuentran pruebas relacionadas con la desaparición de Earhart, se plantea realizar más investigaciones en Nikumaroro para contrastar la teoría de que la aviadora no se estrelló en medio del mar, sino que posiblemente intentó tomar tierra en el filón coralino plano de Nikumaroro. Encontrar los restos de Amelia Earhart confinaría esta teoría y en eso se esfuerzan los investigadores.
Las investigaciones sobre el paradero de Amelia son antiguas. En unas expediciones arqueológicas a Nikumaroro, equipos de investigación descubrieron un serie de artefactos que proporcionan altas evidencias de la presencia de un naufragio. Además un análisis por sónar encontró restos de lo que podría ser una avión del tamaño y la forma del fuselaje de la aeronave de Earhart.