
¡Bienvenidos a bordo! Nos estamos preparando para el despegue. Por favor, abróchense el cinturón de seguridad, asegúrense que su asiento no está reclinado hacia atrás, que la mesa desplegable está recogida y que la cortina de la ventanilla está abierta. ¡Disfruten del vuelo!
Aunque no lo parezca, un 10% de la población mundial padece de aerofobia, temor o miedo a volar en aviones. Esto mismo, puede ser causado por varios factores, ya sea por claustrofobia o el miedo irracional a la altura. En cualquiera de los casos, este pánico a coger un avión causa un intenso sufrimiento a quien lo padece, siendo la ansiedad la forma más frecuente de manifestarlo.
La gran mayoría hemos pensado alguna vez, que si algo nos pasara en un avión, de allí no salimos y solemos llevar nuestros pensamientos al final más catastrófico y terrorífico del mundo. Pues querid@, hoy estamos aquí para contarle algunos de los accidentes aéreos más famosos de la historia de la aviación y con un “final feliz”. ¿No sabía que esto pudiera llegar a ser posible? Pues sí. Así que, si es de los que no pisa ni por casualidad un avión, porque cree que al mínimo fallo o problema, todo va a acabar en tragedia, aquí estamos como siempre para desmontarle y tirarle todas sus teorías y creencias por los suelos 😀
VUELO 5390 DE BRITISH AIRWAYS: un BAC 1-11, que despegaría desde Birmingham (Reino Unido) con destino a Málaga (España) sufrió el desprendimiento del parabrisas izquierdo a unos 5.000 m de altitud, succionando al capitán, que se quedó enganchado por las piernas en los mandos del aparato. Sí querid@, suena a película de ciencia ficción, pero no. Este suceso fue tan real como la vida misma. Y antes de que se ponga las manos a la cabeza aterrorizado e imaginando un final de miedo, siga leyendo, porque va a alucinar.
A bordo se encontraban 81 pasajeros y 6 tripulantes. El capitán Tim Lancaster y el primer oficial Alistair Atchison comandaban la aeronave.
Tras la pérdida del parabrisas, ocurrió una descompresión explosiva (de una duración aproximada de 1,3s) que succionó al capitán hacia afuera y lo dejó atascado en el agujero de la cabina de mando. Durante unos segundos, la cabina se llenó de una densa niebla (esta que ponen siempre en los cementerios de las películas de miedo, donde de repente aparece un vampiro o un asesino en serie). Como consecuencia de la sobresaturación del aire al no poder retener su vapor de agua, hubo una reducción casi instantánea de la presión en cabina. Dos miembros de la tripulación sostuvieron a Lancaster mientras el primer oficial Atchison tomaba los controles del avión. Lancaster luego contó cómo sintió que el parabrisas se desprendía, se alejaba hacia adelante y desaparecía, y él era succionado fuera del avión, y ya fuera, quedó recostado en el techo del aparato y alcanzó a ver la cola y los motores girando antes de perder el conocimiento.
Aunque parezca increíble, todos los pasajeros y tripulantes de ese vuelo, salieron con vida y a pesar de la gravedad de la situación, el comandante también sobrevivió.
(* Tiene el documental en la segunda temporada de Mayday: Catástrofes aéreas, titulado «Explosión en la cabina»).
(** Este capítulo lo ponemos siempre en clase para nuestros alumnos. Lo llamamos: “El Comandante pegatina”)
VUELO 009 DE BRITISH AIRWAYS: El 24 de junio de 1982, la ruta fue cubierta por el City of Edinburgh, un Boeing 747-236B. En ese momento hacía el vuelo entre las escalas de Kuala Lumpur y Perth (Australia). El avión penetró en una nube de ceniza volcánica procedente de la erupción del Monte Galunggung (situado a unos 180 km al sureste de Yakarta, Indonesia) y tuvo como consecuencia la parada de los cuatro motores propulsores de la aeronave. El motivo del fallo no estuvo claro en un primer momento para la tripulación ni para el control en tierra. La aeronave fue desviada a Yakarta con la esperanza de que los motores pudieran ser reiniciados nuevamente antes del aterrizaje en el aeropuerto de dicha ciudad. Finalmente, el aparato fue capaz de planear lo suficiente para escapar de la nube de ceniza y todos los motores pudieron ser encendidos de nuevo (aunque uno volvió a apagarse poco después), permitiendo un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Halim Perdanakusuma en Yakarta, Indonesia, sin heridos ni víctimas mortales.
En 2010, tuvimos la erupción de un volcán en Islandia que provocó el cierre de casi todo el espacio aéreo de Europa durante varios días. No sé si se acuerda de este suceso querid@ pasajer@, pero si así es y en ese momento no entendía el porqué de todas las cancelaciones de vuelos, aquí tiene la respuesta.
Es de suponer, que el pensamiento de todos es creer que, sin propulsión en los motores, el avión no puede durar mucho tiempo en el aire. Por suerte (y gracias obviamente a la profesionalidad de los pilotos y al resto de la tripulación), hubo también un final feliz para el Jumbo y toda la gente que iba a bordo. Este mal vuelo quedó al final como una anécdota más, de estas que hoy se cuentan a los hijos o nietos. 😛
(* Tiene el documental disponible en “Mayday: Catástrofes aéreas”)
VUELO 006 DE CHINA AIRLINES: fue un vuelo sin escalas operado con un Boeing 747 entre Taipéi (Taiwán) al aeropuerto Internacional de de Los Ángeles (EEUU). El vuelo despegó con 251 pasajeros y 23 tripulantes. Ahora, agárrese bien querid@ pasajer@ porque vienen curvas… Y de las fuertes…
Este modelo de avión está dotado de 4 motores. El diario de a bordo del avión tenía informes que el motor número 4 había sufrido algunos fallos en vuelos anteriores y había sido revisado por los técnicos de mantenimiento. Uno de esos informes, indicaba la perdida de potencia a una determinada altitud.
Llegó la hora en que los tripulantes entraron a la cabina a tomar sus puestos, saludaron al capitán Yuan Ho y empezaron a trabajar. En ese momento se hallaban cruzando una turbulencia que sacudió al 747. El comandante tomó el micrófono interno y mencionó a los pasajeros que se abrocharan sus cinturones debido a la turbulencia. Mientras, el ingeniero de vuelo Win Pei revisaba sus instrumentos y notó algo raro, era el indicador del motor número 4, el del exterior del ala derecha. Ese indicador mostraba que su potencia no estaba igual que el resto de los 3 motores. Su velocidad empezaba a descender…
Como la altitud a la que estaban en ese momento (41.000 pies/12.500m), no había suficiente oxígeno, el primer oficial, pidió a torre de control poder volar a menos altitud para poder reiniciar el motor 4.
Después de tener la autorización de torre de control el problema seguía. El capitán Yuan Ho decide ante la gravedad de la situación poner al 747 en caída controlada; volaban entre un banco de nubes muy denso, así que no tenían referencias visuales sobre cómo estaban en ese momento, no podían saber que estaban yéndose a la derecha cada vez más y entonces cometieron un error, no vieron los horizontes artificiales, que podrían haberles mostrado hasta qué grado de inclinación tenían ya.
Viene entonces otro error del comandante Yuan Ho, queriendo aumentar la velocidad, desconecta el piloto automático que hasta entonces mantenía gobernado el aparato, las consecuencias fueron terribles, teniendo la proa hacia abajo y con la inclinación que tenía el avión se sacudió con violencia. En la sección trasera, los pasajeros se vieron de pronto golpeados por objetos sueltos y con la sensación de que el avión se caía sin control.
El 747 experimentó una caída de unos 10.000 pies (3000m) en 20 largos, paralizantes e interminables segundos durante los cuales los pasajeros y tripulación quedaron sometidos a presiones de hasta 5 veces la fuerza de gravedad o 5 Gs. El primer oficial Yu Chang no podía creer lo que veía, el indicador de velocidad mostraba que se estaban acercando a niveles muy peligrosos cercanos a velocidad Match, más alá e la resistencia estructural del 747.
Debido a que las velocidades que alcanzaba el avión eran terriblemente altas, los fallos estructurales no tardaron en aparecer, partes del avión se empezaron a desprender, las compuertas de resguardo del tren de aterrizaje salieron volando, al igual que partes de los estabilizadores horizontales de la cola. El avión literalmente se estaba haciendo pedazos en pleno vuelo.
A unos 11.000 pies (3.400m) de altitud, el avión por fin logra salir del banco de nubes y los pilotos tienen por primera vez, una referencia visual para poderse orientar. El capitán Yu Chang pone al 747 de nuevo en control a unos 9.600 pies (2.900m), después de sufrir dos caídas libres tremendas, en las que había perdido en dos minutos y medio unos 30.000 pies (9.100m). es entonces, cuando la tripulación puede declarar emergencia a bordo, mencionando que sus motores habían dejado de funcionar y que ya o podían llegar a Los Ángeles. Pidieron la llegada al aeropuerto de San Francisco, que les quedaba más cerca para poder efectuar un aterrizaje de emergencia…
Querid@ pasajer@, ¿sigue aquí presente? ¿o después de leer esto ha sufrido algún desmayo, taquicardia o similar? Porque si es así y con el objetivo de tranquilizarle (aunque sea un poco), queremos informarle que una vez más, sí, este avión y aun habiendo perdido piezas de la estructura, pudo aterrizar con éxito en el aeropuerto de San Francisco. Este es un accidente de esos que, al parecer, no tiene ni pies ni cabeza, sobre todo porque a pesar de que a bordo iba una tripulación experimentada, no pudo mantener el control de su avión provocando una situación potencialmente peligrosa, con final feliz, ya que no hubo víctimas mortales, pero peligrosa.
(* Tiene el documental completo en “Mayday: Catástrofes aéreas: Pánico en el Pacífico”)
VUELO 1549 DE US AIRWAYS: un Airbus A320 despegó el 15 de enero de 2009 del Aeropuerto La Guardia en Nueva York con destino al Aeropuerto Internacional de Charlotte, Carolina del Norte. A menos de dos minutos de vuelo, si si, tal y como lees querido lector: ¡dos minutos! y en plena maniobra de ascenso, a una altura de 850m, el Airbus A320 fue impactado de frente por una densa bandada de gansos canadienses dañando ambos motores y dejándolos sin propulsión. El Comandante Chesley Sullenberger y su copiloto Jeff Skiles mantuvieron la calma profesional y empezaron a analizar rápidamente la situación consultando los protocolos de emergencia (¡hay que tener valor! El 99,99% de la población, seguro que habría cerrado los ojos y empezado a rezar…). Finalmente, el avión tuvo que amerizar en las heladas aguas del río Hudson, cerca de la calle 48 de Manhattan, casi a la altura del Museo Intrepid Sea-Air-Space*. Este incidente se lo ha descrito como el “milagro del río Hudson” y el “amerizaje más exitoso de la historia aeronáutica”. La Tripulación del vuelo 1549 fue condecorada con la Master’s Medal del Guid of Air Pilots and Air Navigators.
A pesar del gran susto y el mal rato, este vuelo tuvo un final feliz para todos los pasajeros y tripulación.
(*Inciso: si va a Nueva York, vaya a este museo. ¡Vale mucho la pena! Y si no ha visto la película de “Sully”, basada en este hecho real, se la recomendamos muchísimo. Tiene también el documental completo que es muy interesante).
En el artículo de hoy, le hemos explicado algunos de los incidentes aéreos, pero con un bonito final, ya que todos los que iban a bordo de estas aeronaves, han podido ser testigos reales y han tenido la oportunidad de explicar su experiencia en esos vuelos. Gracias a ellos, distintos procedimientos de la aviación han cambiado o evolucionado para poder evitar que ciertos sucesos se repitan.
Esperamos, que a pesar de haber explicado estas anécdotas (un poco desagradables en ciertos momentos, lo reconocemos), hayamos podido tranquilizarle y haberle hecho coger un poco de ganas de embarcar en un avión. Ahora sí, le damos las gracias por habernos elegido, ya puede desabrocharse su cinturón de seguridad y salir por la puerta delantera del avión. No olvide sus pertenencias del compartimento superior. ¡Esperamos verle de nuevo a bordo!
“ATTENTION CREW TURBULENCE!”